Las vaginitis son el motivo de consulta más frecuente en las consultas de Ginecología. Dentro de ellas, debe diferenciarse entre las que se deben a una causa infecciosa y las no infecciosas.
Las alteraciones infecciosas se deben a la desestabilización del equilibrio de la flora vaginal, debida a la desaparición de bacterias no patógenas habituales de la vagina, los llamados bacilos de Döderlein. Las infecciones pueden deberse a agentes bacterianos u hongos.
Las vaginitis no infecciosas se deben a reacciones alérgicas (por ropa interior, productos de higiene íntima, espermicidas), traumatismos, factores térmicos, neoplasias, productos químicos, radiación, etc. Sin embargo, las causas más frecuentes de vaginitis no infecciosa son la vaginitis atrófica de la peri y postmenopausia, la toma de anticonceptivos hormonales, y el postparto y la lactancia.
- La atrofia vaginal está directamente relacionada con la pérdida de estrógenos. Se asocia a especialmente con sequedad, y también quemazón y molestias o dolor con las relaciones sexuales.
- Los anticonceptivos hormonales producen cambios en la mucosa vaginal y vulvar. El uso de anticonceptivos de baja dosis hormonal puede producir sequedad vaginal, pérdida de libido y molestias con las relaciones.
- En el postparto, la vagina sufre un replegamiento con aparición de rugosidades, volviendo a la normalidad a las seis semanas del parto, y a las ocho en las mujeres que lactan. La falta de estrógenos propia del postparto ocasiona con frecuencia molestias en las relaciones sexuales, por la escasa lubricación vaginal.
RECOMENDACIONES DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA (S.E.G.O.)
En las recomendaciones de la S.E.G.O. sobre la prevención y el tratamiento de la atrofia vaginal se recoge que los tratamientos no hormonales constituyen la primera línea terapéutica en síntomas como la sequedad o el dolor con las relaciones sexuales. Si las molestias son de gravedad moderada o grave, debe valorarse un tratamiento hormonal, si este no está contraindicado.
Los hidratantes vaginales se utilizan para la sequedad vaginal, mientras que los lubricantes vaginales, que emulan las características de la lubricación natural, son usados para prevenir las molestias durante las relaciones sexuales.